España volvió a demostrar su dominio en el fútbol femenino al conquistar nuevamente la Nations League, revalidando el título que ya había conseguido en la primera edición. La selección se impuso con autoridad a Alemania en el partido de vuelta disputado en el Estadio Riyadh Air Metropolitano de Madrid, con un marcador de tres a cero que reflejó la superioridad mostrada en la segunda mitad. El empate sin goles en la ida había dejado todo abierto, pero las jugadoras españolas respondieron con carácter y calidad en el momento decisivo.
El encuentro comenzó con mucha tensión y equilibrio, con Alemania intentando imponer su físico y España buscando espacios a través de la movilidad de sus atacantes. La primera parte fue cerrada, con pocas ocasiones claras, pero tras el descanso el guion cambió por completo. Claudia Pina abrió el marcador con un disparo ajustado que encendió al público y dio confianza al equipo. Poco después, la misma Pina firmó el segundo tanto con una definición precisa que dejó a la defensa alemana sin respuesta. El tercer gol llegó gracias a Vicky López, que aprovechó un balón en la frontal para colocar un remate impecable y sentenciar la final.
La victoria tiene un valor especial porque confirma a España como la única campeona de la Nations League femenina hasta ahora, con dos títulos consecutivos en las dos ediciones disputadas. Además, el triunfo se consiguió sin la presencia de Aitana Bonmatí, lesionada, lo que obligó a otras jugadoras a dar un paso adelante. Vicky López, con apenas dieciocho años, asumió ese rol con personalidad y se convirtió en una de las grandes protagonistas de la final.
El ambiente en el Metropolitano fue una fiesta. Más de cincuenta mil aficionados acompañaron a la selección, creando una atmósfera de apoyo constante que se convirtió en un factor clave para que las jugadoras se sintieran arropadas. La intensidad de la grada se trasladó al campo, donde España mostró un fútbol rápido, agresivo en la presión y con una capacidad de asociación que desbordó a Alemania en el tramo decisivo.
Este título tiene también un significado histórico porque es el primero de la nueva era bajo la dirección de Sonia Bermúdez, que asumió el cargo de seleccionadora tras el último ciclo. Su gestión ha sido recibida con entusiasmo por el vestuario y la afición, y la conquista de la Nations League supone un inicio inmejorable para su proyecto. Con esta victoria, España reafirma su condición de potencia mundial en el fútbol femenino y mantiene la inercia ganadora que ya había mostrado en el Mundial y en la primera edición de la Nations League.
La selección española femenina no solo revalida un título, sino que consolida un estilo y una identidad que la hacen reconocible y temida en el panorama internacional. La combinación de experiencia y juventud, el talento de jugadoras como Pina y Vicky López, y la capacidad de competir en los grandes escenarios son señales de que el equipo sigue creciendo y que el futuro se presenta lleno de oportunidades para seguir ampliando su palmarés.

