El Estadio de El Sadar fue testigo esta tarde de un partido vibrante entre Osasuna y Real Sociedad, que terminó con victoria visitante por 1-3. El encuentro tuvo de todo: goles, emoción, polémica y un tanto que quedará grabado en la memoria de los aficionados por su espectacularidad.
El choque comenzó con un Osasuna muy ordenado, que supo frenar las acometidas iniciales de la Real y buscar sus opciones a balón parado y en transiciones rápidas. La recompensa llegó en el minuto 42, cuando Catena aprovechó un balón suelto en el área para batir a Remiro y poner el 1-0, desatando la euforia en la grada.
Tras el descanso, la Real reaccionó con contundencia. En el 53’, Brais Méndez culminó una jugada colectiva con un disparo certero que igualó el marcador. Apenas seis minutos después, en el 59’, Gonçalo Guedes apareció con su calidad para firmar el 1-2, demostrando la capacidad ofensiva del conjunto txuri-urdin.
El momento cumbre llegó en el 82’. Ander Barrenetxea, desde casi el centro del campo, sorprendió con un disparo lejano que se convirtió en un auténtico golazo. El balón voló con potencia y precisión, dejando sin opciones al guardameta rojillo y sellando el triunfo de la Real. La acción fue celebrada como una obra de arte futbolística y reflejó la confianza y talento del joven atacante.
El partido aún reservaba polémica. En el 87’, Arguibide fue expulsado tras una dura entrada sobre un jugador de la Real. El árbitro mostró inicialmente tarjeta amarilla, pero tras la revisión del VAR rectificó y enseñó la roja directa, dejando a Osasuna con diez hombres en los últimos minutos.
La Real Sociedad se llevó tres puntos valiosos gracias a su reacción en la segunda parte y a la inspiración de sus hombres de ataque. Osasuna, pese a su esfuerzo y al gol inicial de Catena, no pudo resistir el empuje visitante. El duelo dejó claro que la Real sigue siendo un equipo capaz de combinar solidez y espectáculo, mientras que Osasuna deberá recomponerse tras un partido que se le escapó en los momentos clave.
