El Real Madrid salió de Bilbao con una victoria contundente que reafirma su candidatura al título. El Athletic, empujado por su gente, arrancó con fuerza, pero pronto se vio superado por la pegada blanca. Mbappé abrió el marcador muy temprano, Camavinga amplió la ventaja con un cabezazo y el propio Mbappé sentenció en la segunda mitad. El 0-3 reflejó con justicia lo que se vio sobre el césped: un Madrid sólido, eficaz y con hambre de reivindicarse.
El Madrid se adueña de la Catedral
San Mamés, que acostumbra a ser un fortín, se quedó sin respuesta ante el despliegue visitante. El Athletic intentó reaccionar, pero se encontró con un Madrid que manejó el ritmo del partido y que supo neutralizar cualquier intento de rebelión. Courtois, siempre decisivo, evitó que los locales se engancharan con dos paradas de mérito. La diferencia de calidad se hizo evidente y el marcador terminó siendo un reflejo fiel de lo ocurrido.
El gesto de Vinicius, la otra cara de la noche
Aunque no marcó ninguno de los tres goles, Vinicius fue protagonista por un gesto que encendió la polémica. Tras el tercer tanto del Madrid, el brasileño se giró hacia la grada de San Mamés y levantó tres dedos, aludiendo al resultado. Un gesto interpretado como provocación que desató la bronca en la afición local, ya de por sí encendida por los cánticos y el ambiente del partido. La acción del jugador será uno de los temas más comentados en los próximos días, reabriendo el debate sobre los límites entre la celebración y el respeto al rival.
Un triunfo con mensaje
El Real Madrid no solo ganó, sino que lo hizo con autoridad y personalidad. Tras varios tropiezos recientes, el equipo necesitaba un golpe de confianza y lo encontró en uno de los estadios más exigentes de la liga. El Athletic, por su parte, se marcha con la sensación de haber sido superado en todos los aspectos, incapaz de transformar su empuje en ocasiones claras. San Mamés fue testigo de un partido vibrante, con goles, polémica y emociones que recordarán que el fútbol no se juega solo en el césped, sino también en la grada y en los gestos que lo acompañan.

